jueves, 21 de mayo de 2009

Punto y final

Nos acercamos al final de nuestra andadura. Un recorrido más breve de lo que me hubiera gustado y una grata experiencia aunque, por qué no decirlo, tan confusa como esperaba que resultase. Es hora de poner en claro (¿?) lo que ésto ha dado de sí. Lo vamos a hacer tomando una nota más, aunque de mayor peso, que hará media con las tomadas durante el cuatrimestre.

Os las recuerdo:

- las participaciones en el blog (4)
- el objeto poético (o surrealista)
- las tintas chinas re-nombradas
- los paisajes abstractos (que aún no habéis entregado)

y con el "dossier" que, al menos, debe contener:

-las imágenes entregadas el primer día de clase y que habéis ido entrelazando, investigando, dicagando, imaginando...
-los comentarios a documentos breves como la introdcción de Oscar Wilde, el Documento del Vaticano II, los comentarios del catálogo de la exposición inventada, el folio con palabras y definiciones de términos...
-el juego de pistas que habéis elaborado después de la visita a la expo de Julio González

Os recuerdo que para la prueba, podéis contar con el material que consideréis oportuno, tanto impreso, como en un pen-drive y un ordenador. Que os facilitaré un número de hojas determinado para su realización. Que lo comenzaremos a las 16.00 del próximo miércoles 28 de mayo y que dispondréis de dos horas para su realización. Y que versará sobre las siguientes cuestiones (deseo que sean tan "confusas" como el resto de la asignatura):

1. Comentario del video-presentación de la asignatura (siguiedo los item que se os indicarán)
2. "Engañar a las aves es fácil...engañar a los hombres, no tanto". La pipa de Magritte o las uvas de Zeuxis. Reflexión sobre la verdad de la obra de arte (Tema 2)
3. La estética de la Ilutración frente/contra/ante el Idealismo alemán (Tema 4)
4. "¿Qué es lo que hace que las cosas sean bellas?" (Tema 5)

Disfrutad.
Gracias a todos/as por vuestro trabajo de este año.

jueves, 7 de mayo de 2009

Materiales didácticos para/en los museos

Hoy día resulta imposible que un museo que se precie carezca de un gabinete didáctico o algo que se le parezca.
Para algunos se trata de una manera fácil de satisfacer sus conciencias o las de sus patrocinadores o las de los políticos que sufragan la mayor parte de los gastos con los impuestos de todos los ciudadanos. Para otros, quiero pensar que la mayoría, supone un intento sincero de hacer comprender a los posibles visitantes (en este caso niños y jóvenes) los entresijos de los tesoros que guarda entre sus muros. Sin embargo, creo que sólo una minoría logra que, a través de esos equipos pedagógicos, las actividades que se realizan a través de juegos, guías y materiales didácticos, lleguen a transformar realmente tanto a los educandos como a sus propios educadores (y en ellos incluyo también a los padres y madres, naturalmente).

Creo que ya comente en su día la política de algunos de los talleres que el Instituto Valenciano de Arte Moderno llevó a cabo en su día (desconozco cómo es esta política en la actualidad y por “política” entiendo el término “metodología” y no tanto “partido político” o similar). Se trataba de hacer de la visita a una exposición-museo una actividad inserta dentro del ámbito escolar, con tres momentos: un antes (preparación y motivación en el cole acerca de las obras o del artista que se iba a conocer), un durante (con una visita activa en la que se podría llegar incluso a tocar algunas de las obras y en la que participaban los guías del museo y acompañantes voluntarios que eran estudiantes de bellas artes) y un después (que concluía con la participación de niños y familias en la creación y exposición de las obras en el ámbito escolar). Algo muy parecido conceptualmente a las ideas de Loris Malaguzzi y las Escuelas infantiles de Regio Emilia.

En fin, por no perdernos demasiado:

Os invito a REALIZAR LAS VISITAS, LAS ACTIVIDADES, LOS JUEGOS, LAS EXPLORACIONES que los siguientes enlaces os sugieran. Tomadlas como inspiradoras del material didáctico que debéis elaborar y del que podéis tomar también como “sugerencia” tanto el material que os facilité ayer en el MNCARS, como el que aparece en la web de la fundación La Caixa (en la pestaña de la derecha. Es el mismo de la semana pasada…).

NO HAY UN TEMA CONCRETO QUE COMENTAR EN EL BLOG ESTA SEMANA más allá de vuestra impresión, opinión, sugestión…de lo vivido el miércoles en el museo o de lo experimentado en estas páginas. Y, si acaso, ALGÚN DESCUBRIMIENTO O APORTACIÓN DE PÁGINAS QUE NOS PUEDAN SERVIR A TODOS.

Las primeras son pequeños juegos de pistas (junto a las páginas principales de cada institución os adjunto la página concreta de la actividad), tanto en el Museo Thyssen como en el IVAM.

http://www.educathyssen.org/
http://www.educathyssen.org/juegomiradas/juego.htm


http://www.ivam.es/
http://www.ivam.es/alfaro/index.html

Podemos planificar nuestra visita, nuestra ruta:

http://www.guggenheim-bilbao.es/
http://www.guggenheim-bilbao.es/secciones/planea_visita/vamos_guggenheim.php?idioma=es

Realizamos tours virtuales:

http://www.louvre.fr/llv/commun/home.jsp
http://www.louvre.fr/llv/musee/visite_virtuelle.jsp

Y en:

http://www.eduardo-chillida.com/


Por último, páginas museísticas con gran conexión con el mundo infantil: recursos, lugares de exposición, juegos plásticos, materiales…

http://www.artenautas.gob.mx/juegos.html

Y una más: la idea me la dio un documental de la 2 que pasaron ayer por televisión y que hacía referencia a la obra cuasi-museística de Ferrán Adriá en El Bulli (el mejor restaurante del mundo). Sinceramente he de deciros que me pareció absolutamente apasionante y que me liberó de cualquier duda que pudiera tener sobre si la nouvelle cuissine es o no arte. ¡Y tanto!

http://www.youtube.com/watch?v=mS0rttp9EIE


P.D. Disfruté mucho de nuestra visita al MNCARS y creo que es de justicia agradeceros vuestra presencia y hacerlo de manera expresa en este nuestro blog.
Nos vemos el próximo miércoles, con vuestras acuarelas preparadas, en la puerta del CES.

miércoles, 29 de abril de 2009

Estética

Podríamos concluir que el ideal de la estética estaría situado en el territorio ambiguo de la definición de lo que es para el ser humano la percepción de la belleza (suponiendo que una de las cualidades atribuibles a los objetos artísticos sea la belleza y que esta sea necesaria para considerar al arte como tal, y suponiendo también que una de las necesidades de las manifestaciones estéticas, esto es artísticas, sea la existencia de un objeto u obra concreta a la que atribuir esas necesidades y no solo la intención o la idea presumiblemente trazada con anterioridad por el artista en cuestión). Aún así en esta época ecléctica casi carente de normas, o absolutamente plagada de ellas lo que tal vez la hace aún más intransitable y confusa, el fenómeno de la percepción parece inevitablemente ligado al individuo y por ello su consideración se nos antoja muchas veces tan personal y subjetiva como, consecuentemente, indiscutible y variable.

Supongo que sicológicamente es así, que cada cual percibe a su modo y que, con independencia de su percepción, cada uno valora de distinta forma esos estímulos. Pero creo que tanto para lo primero (la percepción) como para lo segundo (el juicio) son ineludibles los diferentes condicionantes que hacen que un mismo objeto se nos muestre de formas variadas y/o que una misma acción moral nos parezca ajustada o no al bien común. No percibimos de la misma manera porque nuestros sentidos se han ido desarrollando de diferente forma y también porque en su origen, nuestros primeros segundos de vida, tampoco partíamos del mismo punto de partida. Nuestra formación ha sido variable y nuestra educación también con lo que las capacidades actuales para sentir, valorar y apreciar determinados estímulos (estéticos) puede ser muy diferente a la de nuestros conciudadanos (aspecto sociológico) y no digamos nada de lo distinta que probablemente será de los seres humanos nacidos en las ignotas selvas del Amazonas (por situar el discurso en un territorio más o menos antípoda). Pero ¿era realmente necesaria esa formación?¿Creéis que ha sido decisiva a la hora de decantarnos por la esteticidad de algunos productos artísticos o nuestro juicio sería el mismo sin determinada formación previa?. Dicho de otra manera o en palabras más concretas: ¿Cómo ha influido esa formación en nuestra manera de entender el concepto de belleza (o de arte)?¿Cómo percibimos los diferentes estímulos de las diversas artes (literatura, música, pintura, escultura, cine, danza…)?¿Qué es lo que nos ayuda a afirmar que son verdaderas obras de arte?

Estas son las pautas para nuestra reflexión. Sería conveniente que os detuvieseis a pensar en vuestro concepto de “arte”, en primer lugar. Después, en cómo habéis educado a nuestros sentidos para percibir los estímulos concretos y cómo esa educación ha contribuido a vuestro juicio y disfrute. Pensad, por ejemplo, en vuestra educación musical: se supone que sois entendidos y que habéis tenido la oportunidad de apreciar, por ejemplo, la música clásica precisamente porque la habéis escuchado, tal vez estudiado, analizado e interpretado…desde niños. Dando por hecho que no es uno de los géneros musicales -no sé si empleo el término adecuado- “preferidos” por el gran público ¿creéis que hay un componente importante de desconocimiento (traducido: mala educación) en aquellas personas que no la valoran o que, aunque la otorguen cierto valor, no la disfrutan? ¿Sería definitiva, para la percepción de ese arte, la formación previa? Y ahora, ampliad el radio de acción/reflexión a todas las artes, las visuales fundamentalmente: ¿qué tipo de formación sería necesaria para percibir de manera más adecuada los diferentes estímulos que se nos dice son obras de arte y que tal vez no entendemos como tales?

Terminamos con un enlace:

http://www.youtube.com/watch?v=uEAq4c5h2Vw

Hace unos días descubrí que la voz de Carlos Gardel había sido catalogada (creo recordar que en 2003) como bien de interés cultural por la UNESCO. No es una noticia nueva relacionada con la música: en torno a ese año se propuso para el Nobel de Literatura a Bob Dylan…
Aprovechad la tarde con una buena música “de fondo” (probablemente sea criticable esta recomendación, al menos desde el mismo punto de vista del aprecio y disfrute que vengo defendiendo desde este blog, excusadme) y enviadme vuestras reflexiones sobre estas preguntas.

Nos vemos el 6 a las 16.00 en el MNCARS (bajo la techumbre de la ampliación)

miércoles, 15 de abril de 2009

Sociología del Arte: preparando una visita al MNCARS (I)

Uno de los artistas plásticos más influyentes en el arte del siglo XX, sobre todo en el campo de la escultura, es Julio González. Lo es por ser pionero en la incorporación de nuevos materiales, de nuevas técnicas. Lo es por la temática y la intención social de algunas de ellas. Lo es por el cultivo de la forma semi-abstracta. Y todo, sin duda, de manera muy poco consciente.
Poco consciente, por una parte, por su propia biografía: aunque procedía de un ambiente artesanal relacionado con la forja de objetos decorativos en metales blandos, enfocó su interés personal fundamentalmente hacia la pintura y no fue sino casi a los cincuenta años cuando orientó sus afanes hacia la escultura. Sus comienzos dibujísticos y pictóricos se aproximan a los intentos precubistas de la época. De esa geometrización, probablemente, nació después gran parte del mérito en la consecución del plano escultórico. Trabó contacto con Picasso y el resto de artistas residentes por aquél entonces en París, probablemente les trasmitió más de lo que ellos le trasmitieron: les enseñó a soldar y les aportó también la novedad, apenas esbozada, que aportaba el vacío en la creación escultórica. Expuso algunas veces y, en un momento dado, el prestigioso artista americano David Smith le citó en un artículo memorable. Era el final de la segunda guerra mundial, González ya había fallecido y la escultura norteamericana, la británica y gran parte de la española comenzaba a descubrir un nuevo material que se convertiría en el gran protagonista del siglo XX: el hierro, que se aprendía a forjar en una industria, con una soldadura autógena que permitía también fabricar aviones, barcos, automóviles, bombas, puentes…

Un nuevo material, una nueva técnica.

El hierro, el material innoble, industrial, novedoso, directo, irremplazable, de sistema aditivo, irrumpía como el único que permitía una creación muy rápida en su ejecución, muy fresca y muy directa, de relativamente poco esfuerzo físico (sobre todo si se comparaba con el que suponía la talla de la piedra) y que, sobre todo, permitía considerar a la escultura como un “dibujo en el aire”, en el que las líneas o los volúmenes sólidos contrastaban con los vacíos en los que el aire, la sombra o el ojo del espectador (a veces un tercer ojo intuitivo e inconsciente) completaba las formas. La escultura, que originariamente surgió de la pared, que se había constituido como un volumen macizo en torno al cual el espectador giraba y daba vueltas (primero en cuatro de sus caras, después en todo su alrededor), aparecía ahora sin solidez, ligera (aunque pesara veinte toneladas). Lo que antes era una isla, -que más daba si era el aire o la mirada los que la rodeaban-, nos permitía atravesarla, como si de una caja pudiéramos abrir todas sus caras y transitarla por completo. El escultor no tenía que despojar a la roca de sucesivas capas para adquirir de ella una forma románticamente dormida en su interior. Tampoco tenía que preparar un vaciado y sacar copias de materiales nobles de un modelo de arcilla. El hierro permitía una pieza única y definitiva, que se conseguía por un procedimiento más propio del modelado (el sistema aditivo) y que aportaba una ligereza formal que contrastaba con la consistencia “real” de cada pieza.

Dibujar en el aire.

Si por algo se caracteriza la escultura contemporánea es por el absoluto abandono de un material o una técnica determinados y para qué hablar de su posible temática. Por supuesto que muy atrás ha quedado el hierro de David Smith como vanguardia. O el papel marché de la escultura post-hiperrealista de Mueck. O el cemento de los vaciados espaciales de Rachel Whiteread. Probablemente si hoy tuviésemos que dibujar en el aire no lo haríamos como Robert Smithson (o como Julio González) sino como nos muestran algunos de los videos que circulan por la red

http://www.videos-star.com/watch.php?video=HMpJ3JHJocY

http://www.youtube.com/watch?v=PH6xCT2aTSo

En cualquier caso, el papel del escultor del siglo XXI está tan difuminado que a veces se confunde con un escenógrafo cuando no con un arquitecto de interiores. Atrás, muy lejos, han quedado las problemáticas sobre el lleno o el vacío, sobre lo redondo o lo cuadrático, sobre las aristas o los vértices, sobre lo horizontal o lo vertical, sobre las peanas o los muros…

Tareas:

1ª Actividad:


Buscad imágenes escultóricas que respondan a las siguientes categorías, imprimirlas y traerlas a clase para su debate el próximo día (22 abril). Debes presentar al menos una pareja de imágenes por cada categoría:
.- Cuadrado/redondo (no me refiero estrictamente a la forma geométrica pura, sino a una imagen escultórica relacionada con esa idea)
.- Vertical/horizontal
.- La peana y el muro
.- En busca del pedestal perdido

2ª Actividad:


Buscad igualmente imágenes de Julio González (no hace falta imprimirlas)
Comenta los videos y relaciona sus obras con las de Julio González


Para hacerse una idea de la escultura moderna

http://www.mchampetier.com/arte-movimiento-ESCULTURA_MODERNA.html

miércoles, 11 de febrero de 2009

Sociología del Arte. Bloque 2. ¿Experiencia individual o colectiva?

Uno de los dilemas con los que suelo enfrentarme frecuentemente está relacionado con mis recomendaciones sobre determinadas exposiciones o eventos culturales, sobre todo cuando las hago en mi familia o en mi círculo de amigos: inevitablemente surge el comentario y aún más, la petición expresa, de que sea precisamente yo quien ejerza como cicerone ante una inminente visita a dicho ámbito expositivo. Y es que, en esos casos se dan dos antagónicas circunstancias: de una parte, las expectativas de mis interlocutores acerca de mi supuesta pericia en temas relacionados con el arte y lo que ellos consideran puedo aportar a su supuesto también desconocimiento en la materia (Estaríamos, en este caso, ante una manera de entender el hecho artístico como una experiencia social que tendría algo de snob, algo de lúdico, algo de educativo, algo de colectivo…). Por otro lado, mi personal convicción de que la visita a un museo tiene mucho de recorrido espiritual no tanto por los pasillos del edificio como por las vivencias personales acumuladas desde la experiencia en la mente y en el alma. O lo que es lo mismo, una manera de entender el arte como una relación más bien individual con la obra o con uno mismo, en la que el silencio interior y exterior es clave y en la que el propio carácter del recinto museístico (es casi una catedral, un mausoleo, un cementerio objetual) así lo demanda.
Tal vez esta forma de apreciar la obra de arte tiene que ver con una reminiscencia de la identidad del artista con un sagrado hacedor, un druida capaz de generar de la nada algo bello y conmovedor. Con la consideración necesaria de lo creado como algo único, que merece un lugar de exposición concreto y específico en el que, también sin duda, todo cobra un significado distinto y también específico: qué distinta es la misma obra en el taller, conviviendo con otras en diferentes estados de creación, o en la pared o la peana de la galería de arte. Incluso qué diferente resulta su contemplación en ese mismo lugar o inmersa en la vorágine de la ciudad, ya sea en una calle (como las vacas de la caw parade) o en una plaza o rincón especialmente acondicionado para ella (y donde muchas veces ha de transformar su tamaño para adaptarse a la escala del ámbito que la rodea). No tengo muy clara la pertinencia o no de esa visión, sin duda, poco acorde con lo que la modernización del arte propuso allá a finales del siglo XIX. Es, seguramente, una manera bastante antisocial de presentar el fenómeno artístico, pero a lo peor la excesiva sociabilización del género humano no nos ha conducido necesariamente a la convivencia, a la puesta en común de nuestro ser humano, sino más bien al aislamiento casi autista de quienes simplemente se toleran porque no tienen más remedio que hacerlo.
En nuestro primer intercambio de opiniones del mes de enero os propuse reflexionar acerca de dos exposiciones más bien orientadas hacia lo colectivo (o hacia la experiencia colectiva del arte). En este caso, me gustaría más que nos centráramos en la fenomenología de la obra de arte. Para ello os he adjuntado una serie de documentos que pueden ayudaros:
- Primeramente, una reflexión de la percepción que el público tiene de la obra de arte. Ya en 1966, Eduardo Costa, Raúl Escari y Roberto Jaboby plantearon un Happening en el que sin que hubiera presencia de objeto artístico alguno, se ponía en marcha todo el merchandaising típico de este tipo de eventos, pretendiendo demostrar que muchas veces es por los mass media por lo que los espectadores llegan a conocer la labor artística, sin que el contacto directo con el objeto llegue a producirse.
- Por otro lado, como colofón del bloque teórico que acabamos de estudiar, la posible relación de la obra de arte con su creador y aún más con el espectador. O siendo más concretos, la identificación de unos con otros a través de esa magnífica metáfora que Oscar Wilde propuso en su retrato de Dorian Gray. Y de cómo la moralidad puede estar presente en el fenómeno artístico.
- Por una cuestión de espiritualidad, de compromiso social, de interés educativo, también se adjuntan documentos del Concilio Vaticano II referidos a los artistas: se trata del mensaje final que, como conclusión a sus trabajos, la Iglesia católica envió a diferentes colectivos.
En los márgenes de este artículo encontraréis información sobre una exposición que se comienza a exhibir estos días en Madrid, en el Museo Thyssen. Su contenido bordea también conceptos tratados en clase recientemente: el valor de lo artístico como sombra de lo real, como reflejo, como idea…
Y, para los más entusiastas, recordad que este fin de semana se celebra una de las ferias comerciales más importantes de nuestro país: ARCO 2009, cuya visita no me atrevo a recomendar sino desde la misma perspectiva que recomendaría asistir a una semana de la moda.
Tareas concretas para “colgar” del blog antes del viernes 13 de febrero:
1) ¿Individual o colectiva, cómo debe ser la experiencia artística?
2) Elaborar un decálogo, a la manera de cómo está escrito el prólogo de O. Wilde, en el que expreséis estas reflexiones y en el que también podéis mostrar vuestras concordancias con los tres documentos entregados en clase.

miércoles, 28 de enero de 2009

Sociología del Arte. Bloque 1. París-Madrid

Sin duda alguna, a la hora de afrontar una asignatura que hace referencia a conceptos como sociología, cultura y arte, resulta inevitable enfrentarnos con nuestra manera de aprehender esos conceptos y, posteriormente, nuestra manera también de entenderlos, enjuiciarlos, asimilarlos e incorporarlos (o no) a nuestro sistema de valores. También a la parte de ese sistema que iremos transmitiendo, con mayor o menor voluntariedad o intención, a nuestros alumnos: ¿Qué es el arte? ¿Quién o quienes deciden lo que podemos considerar como artístico? ¿Qué elementos de los que configuran nuestra cultura pueden considerarse arte y cuáles son simplemente testimonios de nuestro paso por un momento y un lugar determinados? En un sentido estricto, ¿Existe alguna diferencia entre lo artístico y lo meramente testimonial? ¿Cómo determina nuestra cultura a nuestro comportamiento no sólo estético, sino político, social, psicológico e incluso ético o moral?...
Sería muy pretencioso por mi parte responder a esas preguntas tanto desde este modesto blog como desde los contenidos de una asignatura cuatrimestral. No obstante desearía que, cuando menos, parte de las ideas que podamos tener sobre las mismas pudieran abrirse a una posible reformulación en un futuro no muy lejano.
A renglón seguido de la exposición planteada en clase (y que encontraréis en el enlace del Bloque 1 en mi web personal) se me ocurre que nuestra primera reflexión en común puede centrarse en dos aspectos referidos al ámbito expositivo (Recordad que como tal no entendemos exclusivamente un lugar sino también un tiempo. Es lo que la contemporaneidad ha denominado evento y hoy día, precisamente en este momento, tenemos en nuestro entorno dos acontecimientos culturales de una cierta relevancia): De un lado, la Semana de la Moda de París (
http://www.telva.com/2008/09/25/modapasarelas/1222353535.html). De otra, la exposición que en algunas calles de Madrid está desarrollando la ya establecida en otras ciudades (y en otros momentos) Caw Parade (http://www.cowparademadrid.com/).
Pues bien, partiendo de la definición que hemos visto que el International Council of Museums (ICOM) da a una institución de este tipo: Institución permanente, sin fines lucrativos, al servicio de la sociedad y su desarrollo, abierto al público, que adquiere, conserva, investiga, comunica y exhibe para fines de estudio, de educación y deleite, testimonios materiales del hombre y de su entorno.
¿Cómo podemos relacionar estos ámbitos culturales, un desfile de moda, una exposición temporal y que ocupa las calles, con la definición ofrecida por el ICOM? ¿Pertenecen ambos al mundo de la cultura en el mismo grado? ¿Por qué sí o por qué no?
Recuerda que debes enviar tus aportaciones durante el día 29 de Enero y que debes firmarlas convenientemente para que sean calificadas.